lunes, mayo 26, 2008

Volviendo del fin de semana largo.

Fuimos a pasar un par de días a Galveston.

domingo, mayo 25, 2008

Al revés.


La parte de abajo de la bikini está al revés. Ella ni enterada.

sábado, mayo 24, 2008

domingo, mayo 18, 2008

Efecto automático.

Preciso instante en que Oriana sale despedida por mi puntapié luego de pedirme ir a bailar a la matinee del sábado.

sábado, mayo 17, 2008

Ahora sí.

Luego del bochorno del viernes, el sábado la demostración fue bastante mejor. Sino miren...

Primera canción.

Segunda canción.
Con Renzo, su admirador nro. 1.

Con una compañerita de baile y mostrando sus flores y osita bailarina.

viernes, mayo 16, 2008

Fiesta de graduación.




Llegando al lugar de la fiesta.
Con mamita.

Con Renzo.

Vestida para el final de la fiesta.


Recibiendo el diploma.

HASTA ACA TODO ESTABA BIEN. LO QUE SIGUE LO MUESTRO PORQUE PASO, NO PORQUE ME GUSTE.



Papelón nro. 1 (comparen con la presentación del 17 de mayo). La diferencia? La profesora estaba el sábado. Lo que pasó fue que la directora de la escuela pensó que sería bueno robarle la presentación a la profesora de danzas, sin saber que los chicos no son robots, sino que siguen a la profesora quien les debe mostrar la coreografía paso a paso. Como quiso ahorrarse unos mangos, no la contrató a la profesora para que les mostrara.

Nancy se quedó con muchísima bronca; Oriana ni se enteró, qué bueno.

Papelón nro. 2.

sábado, mayo 10, 2008

Sábado a la noche.

La nena más grande salió a bailar Zumba, la nena más chica se quedó en casa.





Con Yasmine y Sherril, sus compañeritas de baile.
Con el camarógrafo.

lunes, mayo 05, 2008

Historias de baño.

Hoy a la noche, como de costumbre, los puse en la bañadera a los dos. Como de costumbre también, Renzo empezó a salpicar el baño, esta vez mediante el lanzamiento de los patitos de goma. Y para que la rutina no se rompiera, Oriana lo botoneó. Así es que entré al baño enojado, lo reté a Renzo mientras volvía a poner los patitos en el agua, y con una amenaza que entendió más por mi tono que por mis palabras (No creo que sepa lo que es "descuartizar"), los dejé nuevamente jugando en el agua.

A los dos minutos, escuché la vocecita angelical de Oriana que, por detrás del ruido de goma mojada golpeando contra el suelo, le decía a Renzo que no tirara los patitos fuera del agua. Mientras hacía mis movimientos pre competitivos para no desgarrarme al ajusticiar al vástago rebelde, me llamó la atención que más allá de los retos de Oriana y el ya mencionado caer de los patos, no escuchaba nada. Me pareció raro ya que Renzo suele acompañar sus actos vandálicos con risas o relatos de variada índole.

Con mucho sigilo y un poco de desconfianza me acerqué al baño para agarrarlo in fraganti, pegarle un grito que realmente lo asustara y demás actos que tendieran a poner orden, cuando, oh no-tan-sorpresa, vi que Oriana, mientras lo miraba a Renzo y le seguía diciendo "Renzo, no tires más los patitos fuera del agua", era quien, con un ágil movimiento de brazo, arrojaba a los palmípedos empapados sobre el charco que ya se había formado fuera de la bañadera. A esto, Renzo estaba concentrado en cualquier otra cosa.

Inmediatamente apunté mi índice hacia adentro del baño y dejé que él me llevara hasta dos centímetros de la carita de Oriana, que no esperaba tan rápido el fin de su carrera delictiva. El grito y los reproches los recibió ella, que te agarrééééé, que sos como Pinocho, que sos como el pastorcito mentiroso, que si te gusta que yo lo rete al pobre Renzo, que ahora le pedís perdón. Antes de que Oriana atinara a hacer algo de todo lo que yo le ordenaba, Renzo se dio vuelta y con los ojos llenos de candor le dijo: "Perdón Oriana". Oriana se deshizo en un llanto largo.

No hubo postre para ella pero antes de dormirse recibió doble porción de culpa: el cuento de Pinocho y el cuento del pastorcito mentiroso.